Su eminencia efectuó esas declaraciones el martes después de plantar dos jóvenes árboles, una tradición anual que se repite con ocasión del Día Nacional del Árbol y la Semana Nacional de los Recursos Naturales.
"Esas órdenes no deben violarse en absoluto, ya que Dios nos ha obligado a asumir la responsabilidad de nuestra propia salud y la de los demás; por lo tanto, cualquier medida que contribuya a la salud de la sociedad y ayude a prevenir la propagación de la enfermedad es una virtud y, por el contrario, lo que facilite su propagación es un pecado", insistió.
El máximo dirigente persa también elogió la transparencia y franqueza de los responsables iraníes al difundir la información sobre el brote, mientras existe un encubrimiento en otros países, donde la enfermedad es más grave y generalizada, subrayando: "Pedimos a Dios salud para esos enfermos también".
"Todos los organismos del país tienen el deber de colaborar estrechamente con el Ministerio de Sanidad, que está al frente de la lucha contra el coronavirus. Y esa tarea se ha ampliado también a las Fuerzas Armadas y a los organismos vinculados al Despacho del Líder", concluyó.
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