El 28 de junio se conmemora a nivel nacional los bombardeos químicos contra Sardasht. Aviones de guerra iraquíes atacaron en 1987 con armas químicas esa ciudad, situada en la provincia de Azerbaiyán Occidental. Como resultado, más de 100 civiles fueron martirizados y más de dos mil resultaron heridos por los mortales ataques. Ésta es la razón por la cual se designó es día como el de la lucha contra las armas químicas y microbianas.
La intensidad del bombardeo y el tipo de armas químicas utilizadas convirtieron a Sardasht en la primera ciudad del mundo víctima de armas químicas después del bombardeo atómico de Hiroshima, por lo que no solo es un símbolo de la opresión contra la nación iraní, sino que engloba a toda la comunidad internacional subyugada a los intereses de las superpotencias y los arrogantes.
Lo más doloroso de todo es que los medios de comunicación occidentales y aquellos que alegan ser defensores de los derechos humanos y la democracia, guardaron un sepulcral silencio ante este crimen. Más de 1.400 fábricas de sustancias químicas apoyaron y equiparon a Iraq, la mayoría de ellas pertenecientes a Alemania y Reino Unido.
Alemania es el único país que ha firmado la Convención de Ginebra, y la Unión Europea (UE) puede impedir que desarrolle esas armas inspeccionando su industria química.
La República Islámica de Irán denunció repetidamente esa cuestión ante las Naciones Unidas tras el uso generalizado de armas químicas por parte del régimen baasista en Iraq. Y el secretario general de la ONU, que viajó a Irán con una delegación, confirmó 6 días después el uso de esas armas, lo cual motivó que la organización internacional expresara su condena.
No obstante, el nombre de Iraq no fue mencionado en el informe. E Irán intentó demostrar las dimensiones de esa tragedia enviando a los heridos de Sardasht por armas químicas a diferentes países.
Finalmente, tras comprobar los efectos y la gravedad de las heridas infligidas a los afectados, se celebraron varias reuniones en distintos foros internacionales, y la Conferencia de Desarme con sede en Ginebra elaboró y presentó a las Naciones Unidas un proyecto de Convención sobre Armas Químicas (CAQ). Y en 1993, después de dos décadas de negociaciones, el tratado fue definitivamente rubricado en París, entrando en vigor en 1997.
El 29 de abril de 1997 fue una fecha histórica, ya que se adoptó la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), el primer acuerdo multilateral de desarme a nivel mundial, que contempla la eliminación de toda clase de armas de destrucción masiva en un plazo de tiempo estipulado.
Y por último, en la décima cumbre de los países miembros de la Convención sobre Armas Químicas se acordó que cada 29 de abril, aniversario de la firma del convenio, se celebre el Día Internacional en Conmemoración de todas las víctimas de la guerra química.
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