El portavoz de la Embajada de Rusia en Washington señaló en un mensaje que Moscú "no permitirá que simplemente se ignore el tema de las detonaciones en infraestructura energética crítica. Sobre todo, teniendo en cuenta que no se sabe nada de los explosivos restantes que aparentemente quedaron en el fondo del mar Báltico.
El embajador Ígor Guirenko calificó los hechos como "un acto de terrorismo internacional" que requiere "una investigación exhaustiva e independiente".
Guirenko añadió que EEUU debe detener las acusaciones sin bases contra Rusia.
En septiembre de 2022, las empresas de Nord Stream 1 y 2, declararon una caída de presión en los tramos del gasoducto en aguas danesas del mar Báltico, el Kremlin calificó de peligroso el sabotaje y urgió a iniciar investigación a nivel internacional.