En una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik, el congresista republicano Paul Gosar aseguró que el mandatario demócrata está más concentrado en entregar recursos a Kiev para “matar a más gente” que en invertir dichos recursos para mejorar la seguridad interna de Estados Unidos.
“En lugar de gastar un centavo más en pelear una guerra proxy en Ucrania y matar a más gente, un esfuerzo más valioso sería si Biden pusiera a Estados Unidos en primer lugar y asignara recursos para asegurar nuestra frontera sur”, declaró el legislador estadounidense.
Así mismo, Gosar añadió que los fondos asignados al país europeo deberían gastarse en “financiar los esfuerzos de aplicación de la ley para combatir crímenes violentos y las drogas que destruyen ciudades a lo largo de Estados Unidos, o ayudando a la población sin casa, entre los que hay incontables números de veteranos que duermen en las calles”.
Además, el congresista hizo referencia a la investigación que vincula a la familia presidencial estadounidense con la compañía energética ucraniana Burisma, al señalar que el único interés que tiene el mandatario en el conflicto en Europa del Este “no es otro más que los millones de dólares en sobornos que los Biden reciben de Ucrania”. La declaración del legislador estadounidense coincide con una encuesta de CNN y SSRS en la que se expone que cerca del 71% de los republicanos está en contra de continuar con el financiamiento al Gobierno de Zelenski.
Pese a ello, Biden solicitó al Congreso este 10 de agosto más recursos para Kiev por un total de 24.000 millones de dólares, de los cuales 13.100 millones se destinarán solo en asistencia militar.
Desde el comienzo de la operación militar rusa en Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero de 2022, los países occidentales, encabezados por EE.UU. han brindado un abierto respaldo a Kiev en diversos sectores, entre ellos ayuda económica y militar, lo que, según Moscú, agrava la situación entre las dos partes del conflicto y pone a Ucrania al borde de un colapso.
Moscú advierte de que la ayuda militar de Washington a Ucrania podría conducir a una “confrontación militar directa” entre Rusia y países occidentales y aumentaría el riesgo de choque directo con Rusia.