El Covid-19 ya es un problema de toda la humanidad y se ha convertido en una pandemia en todos los países del mundo. Aunque el virus apareció en China hace 3 meses, casi todas las naciones tienen que lidiar actualmente con esta enfermedad.
El número de personas infectadas con el Covid-19 aumenta cada día y las cifras de muertos no dejan de crecer. Los gobiernos están implementando políticas más intervencionistas, los ciudadanos de varios países afrontan más restricciones, más ciudades se suman a la cuarentena, los intercambios se están devaluando continuamente, empresas, instituciones y fábricas están cerrando una tras otra, y el sistema de transporte internacional casi se ha paralizado.
Aunque la Guerra Fría creó un orden bipolar en materia de seguridad y los ataques del 11 de septiembre cambiaron los procesos internacionales y condujeron a nuevas crisis de seguridad, la aparición del Daesh profundizó esa crisis al extender las preocupaciones de seguridad desde Oriente Medio hasta Europa. El mundo superó la crisis económica en los primeros 10 años del siglo XXI, pero en ninguno de esos conflictos el orden internacional se detuvo a este nivel. La propagación del coronavirus ha sacudido profundamente las estructuras internacionales en todos los campos: sanitarios, en materia de seguridad, la vida económica y social, y ha hecho que la debilidad del sistema internacional frente a un fenómeno global sea más evidente que nunca.
La Agencia de Noticias de la República Islámica (IRNA) ha consultado a 10 distinguidos analistas y profesores universitarios de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales cómo afectará el coronavirus a los procesos internacionales. Sus respuestas son las siguientes:
**Mayid Tafreshi, analista sénior en temas de política exterior:
Cuando hablamos sobre los efectos del coronavirus en los procesos internacionales debemos considerar que este problema tiene dimensiones nacionales, regionales e internacionales, así como efectos inmediatos, a corto y largo plazo. El problema inmediato del virus es, por supuesto, la salud de las personas, la salud pública y la protección de la vida de los ciudadanos, pero podemos decir que la propagación de esta epidemia también puede causar problemas en términos de económicos, sociales, políticos e incluso culturales. Aunque estos problemas no son prioritarios ahora mismo, comenzarán a manifestarse cuando se supere la crisis.
El coronavirus ha hecho que las demandas de los gobiernos de Irán y de todo el mundo sean más serias y transparentes, y no dejan espacio para la corrupción con enfoques partidistas.
La situación es la misma a un nivel más amplio, regional e internacional. En EEUU, contrariamente a los lemas que se expresaron antes e incluso después del 11 de septiembre de 2001 y tal como indica el eslogan “USA First” de Trump, Estados Unidos se ha situado en primer lugar mundial en términos de número de pacientes atrapados por el coronavirus, lo cual ha demostrado a todos que nadie puede desvincular su propio destino al de la comunidad internacional. Por esta razón, creo que el Covid-19 tendrá un impacto mayor y más profundo en Estados Unidos y respecto al nuevo orden internacional que los ataques del 11 de septiembre. Por un lado, conllevará que todo el mundo y especialmente las grandes potencias revisen sus inversiones en asuntos militares, de guerra y nucleares, y se centren seriamente en la situación de las economías gravemente frágiles y en bancarrota, así como en la renovación de las infraestructuras sanitarias.
El coronavirus también puede tener impactos significativos en la Unión Europea (UE). Los europeos están preocupados por su futuro y mantienen amplios desacuerdos sobre el devenir de la UE. Aunque algunos opinan que el coronavirus hará que la UE fortalezca su unidad ante el surgimiento de barreras económicas y sociales comunes en la región. Por otra parte, se escucha que países con una economía más frágil, especialmente Italia y España, están criticando a otros miembros de la UE. Según ellos, si salieran de la UE como el Reino Unido, sus problemas serían menores ante la actual situación y no tendrían que afrontar los costes y gastos de los países más pobres. Todavía no existe una información clara sobre qué opción prevalecerá. Parece que el enfoque que adopten Alemania y Francia, principales y verdaderos líderes de la UE, y su disposición a ayudar a resolver los problemas de otros miembros para mantener la Unión desempeñará un papel clave.
**Yahangir Karami, Profesor de estudios rusos en la Universidad de Teherán:
Para evaluar fielmente el efecto del coronavirus sobre los procesos internacionales debemos esperar la evolución y propagación del virus, y la respuesta de los gobiernos frente a la pandemia. Hasta qué punto se extenderá la enfermedad y cuántas muertes ocasionará en diferentes países ofrecerá un criterio aproximado para evaluar su impacto en los procesos internacionales.
Trascurridos aproximadamente cuatro meses desde el inicio de la grave enfermedad se pueden efectuar las siguientes consideraciones:
1. Habrá que tener más en cuenta que las amenazas de seguridad no militares son transfronterizas, y habrá que valorar su impacto devastador en la seguridad y la salud de las naciones. Naturalmente, se requiere una mayor cooperación internacional y se deben considerar los procesos no militares de seguridad nacional e internacional.
2. Se podría fortalecer el concepto de soberanía nacional y estatal para apoyar a la población, y enfatizar la importancia y obligación de los estados al fortalecer las fronteras internacionales para proteger la seguridad y la salud. Por supuesto, ese fenómeno supondría un duro golpe para el proceso de globalización, pero para saber si se prolonga por un período más largo o si la globalización se reanudará en breve habrá que esperar la evolución de la enfermedad en los próximos meses.
3. Paralelamente al fortalecimiento del papel de los estados, la importancia del nacionalismo y el debilitamiento relativo de la globalización, las dimensiones de la cooperación internacional pueden reducirse naturalmente frente a la dimensión de la competencia, y este problema puede agravarse aún más en paralelo con la situación que se experimente en los próximos meses.
4. La estructura y las normas del orden internacional pueden sufrir cambios en términos de política, economía y seguridad. Por ejemplo, a medida que las relaciones entre los países se vuelvan más competitivas, las tendencias globales de autosuficiencia pueden aumentar en los procesos de producción y distribución económica y comercial; ese problema tendría un mayor impacto a largo plazo. Porque el orden global se ha visto afectado por los procesos económicos y de producción sobretodo en los últimos siglos.
5. Se redefinirá el papel de las grandes potencias, especialmente de EEUU, China y otros, así como de las potencias regionales. Para ser claros, si los resultados actuales en materia sanitaria se mantienen como hasta ahora, la posición internacional de China se impondrá a la de Estados Unidos.
**Kurosh Ahmadi, ex diplomático iraní ante las Naciones Unidas en Ginebra y Nueva York:
Los efectos económicos del coronavirus que han llevado a una recesión económica en muchos países son obvios. 3,3 millones de estadounidenses perdieron su empleo entre el 15 y el 21 de marzo. Ese es un claro ejemplo de los efectos que han comenzado a producirse en muchos países.
A medio plazo, como demuestran los recientes informes de la UNCTAD, las inversiones extranjeras directas requeridas por muchos países en desarrollo se reducirán entre un 5 y un 15% en 2020 y 2021. Casi 5 mil grandes compañías internacionales han comenzado a revisar sus programas para este año, previendo una caída de al menos el 9% de sus ingresos. Y se producirá una reducción del volumen de ingresos de las empresas en los países en desarrollo de hasta el 16%. Las pérdidas en la industria automotriz alcanzarán el 44%, en la industria aérea el 42%, en el campo energético del 13%, etc. Aunque muchos desempleados regresen a su trabajo después de la crisis, habrá muchos y dolorosos cambios hasta regresar a la normalidad. Como consecuencia a esas consideraciones, las tendencias protectoras se incrementarán.
La crisis del coronavirus también tendrá consecuencias a largo plazo. Las estructuras políticas de los países que tengan menos éxito en la gestión de la crisis sufrirán cambios después de los amplios trastornos en la estructura económica y social una vez que el virus esté bajo control.
Al igual que la peste, conocida como la muerte negra, que causó la muerte de 50 millones de personas en 1347 y debilitó a la iglesia acelerando la aparición del Renacimiento, el coronavirus también puede conllevar la aparición de nuevos comportamientos y creencias en la comunidad humana.
**Ali Vaiz, gerente de Proyecto iraní del Grupo Internacional de Crisis:
Creo que la rápida propagación del Covid-19 en todo el mundo revela que la globalización -nos guste o no- es un hecho incuestionable e irreversible. Sin embargo, existen grandes brechas en el liderazgo mundial, el CSNU está estancado y la OMS debilitada, y es necesario eliminar los problemas estructurales del sistema internacional, aunque la politización del FMI se sienta con fuerza. No obstante, esta enfermedad pondrá fin al populismo, porque una vez más se ha demostrado para todo el mundo la valía de los expertos.
**Seyed Alireza Mir Yusefi, portavoz de la Representación de Irán ante las Naciones Unidas-Nueva York:
Todavía es demasiado pronto para evaluar el impacto y las consecuencias respecto al orden internacional en la era posterior al coronavirus, porque aún estamos inmersos en la crisis y no está claro qué alcance y efectos alcanzará. Atravesamos una situación muy volátil, pero si asumimos que la crisis podrá controlarse se pueden estimar las dimensiones económicas que surgirán en los próximos meses y prever la situación para el período posterior.
La gran mayoría de artículos publicados sobre el período posterior al coronavirus se centraron en esa cuestión bajo los títulos: Fortalecimiento del nacionalismo, debilitamiento del liberalismo, aceleración del colapso del poder estadounidense, nueva polarización global, fortalecimiento de la posición de China, aumento del número de países en bancarrota, bajos precios de la energía y del crudo, graves pérdidas económicas en los países productores de petróleo, protagonismo del mercado a distancia, fortalecimiento de las compras por internet, etc.
Cuando analizamos las principales crisis económicas mundiales, como las de 1929 y 2008, se puede afirmar que la aceleración del cambio de poder puede ser una de las consecuencias más reseñables de la crisis financiera de 2020. Tras el coronavirus, este proceso se ha adelantado e intensificado aún más. Los países más avanzados en flexibilidad, adaptabilidad y disciplina social se beneficiarán de este cambio de poder. A pesar de las pérdidas sufridas, esos países podrán formar nuevos polos después de atravesar ese período.
**Diako Hoseini, director del Programa de Estudios Globales del Centro Presidencial de Estudios Estratégicos:
Es temprano para predecir los efectos del coronavirus en la política mundial. La profundidad del impacto variará, particularmente mientras la crisis persista en países considerados económicamente potencias mundiales. Esta enfermedad ha causado billones de pérdidas a la economía mundial hasta ahora, pero la situación puede empeorar. Aunque existe una unanimidad global en la lucha contra el Covid-19, se puede afirmar que las potencias mundiales compiten para determinar y demostrar sus méritos y posición. También compiten entre sí los países desarrollados para hallar una vacuna para el coronavirus y su tratamiento, lo cual puede contribuir al posicionamiento de esos países.
Esta crisis global pone de manifiesto tendencias contradictorias. Por un lado, se comprueba la necesidad de impulsar la cooperación y la solidaridad internacional, aunque por otro, puede fortalecer aún más el nacionalismo, los controles fronterizos y las políticas contra la inmigración. Además, la actitud que adopten los países democráticos o los autoritarios en la gestión de la enfermedad determinará el futuro de esos sistemas. Italia, España y Estados Unidos, aparentemente países democráticos y liberales hasta ahora, han demostrado una gestión desastrosa en el control del coronavirus.
Shirin Hunter, profesora de la Universidad de Georgetown:
Llevará tiempo determinar los efectos y las consecuencias de la crisis del coronavirus en el orden político internacional. Los resultados dependerán de la gestión que actualmente desarrollan esos países. Veremos cómo se amplían las grietas si los países actúan egoístamente. Hasta ahora, la ayuda insuficiente a Italia y España por parte de otros países europeos ha debilitado significativamente a la Unión Europea. Si los países no confían en sus aliados, las bases de la lógica de la UE colapsarán. Y por supuesto, la globalización se reducirá y los sentimientos nacionalistas se incrementarán.
**Hosein Vale, profesor de la Universidad de Ciencias Médicas Shahid Beheshti
Las consecuencias de la epidemia del coronavirus son multifacéticas. Económicamente, la reducción de ingresos y de la producción en los países multiplicará las deudas de sus gigantes y acelerará la inflación. Si la vacuna o el tratamiento adecuado de la enfermedad no se consiguen antes de 6 meses, la situación económica de muchos países, incluidos los industriales, dañados por el Covid-19, se verá abocada a una profunda crisis.
El fenómeno es global; en EEUU los costes estatales se incrementarán y se ampliarán sus deudas ante la rápida propagación y pésima prevención del coronavirus en ese país. Eso podría conllevar que el flujo de dinero hacia el Este se acelere, paralelamente con un cambio en los saldos de la distribución global del capital y las pérdidas en las bolsas de valores de Estados Unidos.
Políticamente, surgirán nuevos patrones en la comunicación social y se crearán nuevos valores. Las consecuencias ante el miedo al desempleo y la pobreza parecen provocar diferentes reacciones sociales que emergerán en las próximas etapas y cambiarán la visión del concepto de estado.
**Nader Intisar, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad del Sur de Alabama:
La transformación del coronavirus en epidemia ha tenido consecuencias muy negativas en la economía global y es probable que la economía mundial siga cambiando. Sin embargo, no debemos esperar grandes cambios en las estructuras del sistema político internacional. Aunque el enfoque de la administración Trump en la gestión del Covid-19 ha demostrado que Estados Unidos no es el gigante poderoso que algunos suponían, en sí mismo no modificará las tendencias actuales a nivel internacional.
**Nosratolá Tayik, ex embajador de Irán en Jordania:
Los expertos y teóricos han expresado todo tipo de puntos de vista sobre el impacto del coronavirus en las relaciones internacionales a varios niveles. La suma de esos puntos de vista tiene dos características principales: generalmente, auguran un negro futuro y difunden todo tipo de temores. Pero esa opinión está sobreestimada porque, aparte de la ciencia médica, no es posible dilucidar fidedignamente este fenómeno, por lo que las opiniones expresadas no son concluyentes. Por otro lado, esas opiniones son relativas, porque el entorno internacional está formado por la acción humana y es dinámico.
La transformación del coronavirus en una epidemia demuestra la magnitud de la comunicación global y confirma que los países no pueden gestionar el entorno internacional de forma aislada. Aunque las propuestas presentadas persiguen que los países recurran al nacionalismo y al unilateralismo, cuando observamos los acontecimientos dinámicos del entorno internacional, comprobaremos que el coronavirus no podrá gestionarse unilateralmente.
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