Irán, una de las principales víctimas de las armas químicas

“La gran nación de Irán considera que la arrogancia global, y especialmente el criminal Estados Unidos y sus aliados, Alemania en particular, fueron cómplices permanentes del régimen Baasista de Saddam en los ataques químicos que lanzaron contra diversas áreas civiles de Irán e Iraq durante los ocho años de la defensa sagrada (en referencia a la guerra impuesta)”, reza la declaración final de la Conferencia Nacional sobre Defensa Química celebrada este domingo en Teherán con motivo del 32º aniversario del horrible crimen de Saddam en Sardasht.

“A pesar de las reclamaciones de las organizaciones mundiales para denunciar las armas químicas, la experiencia demuestra que sus esfuerzos han sido insuficientes  e infructuosos, y hemos comprobado como todavía se mantiene la investigación, producción y acumulación de una amplia variedad de armas químicas prohibidas en todo el mundo”, añadió.

La República Islámica de Irán, una de las principales víctimas de las armas químicas, de acuerdo con los estándares religiosos y morales y según la fatwa profunda e íntegra del Líder Supremo de la Revolución, considera que cualquier uso de armas químicas o microbiológicas debe ser prohibida e ilegalizada, y ha centrado todos sus esfuerzos en abordar las vulnerabilidades y contrarrestar las amenazas químicas.

“Por ello, esperamos que las autoridades, y especialmente aquellos que están a cargo del sistema diplomático del país, den a conocer la fatwa del Líder Supremo de la Revolución, el Ayatolá Jamenei, un llamamiento a la ética y a la legalidad a nivel internacional respecto a la necesidad impedir la producción y el uso de armas químicas.

En la actualidad, aquellos que apoyaron a Saddam se han convertido en los nuevos partidarios de los grupos terroristas en el suroeste de Asia, proporcionándoles todo tipo de armas prohibidas y químicas, por lo que las naciones oprimidas de Iraq, Siria, Yemen, Gaza, etc. sufren una vez más sangrientamente el resultado de las nefastas y amargas acciones de los denominados civilizados gobiernos estadounidenses y europeos, concluyó.

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