El cultivo del bambú, tanto en Irán como en los países del norte, se remonta a los inicios del cultivo del té, pues los productores de té utilizaban el bambú como vallado para proteger sus plantaciones.
Dado que el bambú, la planta que huele a maíz y absorbe el Co2 de la atmósfera, se cultiva en zonas cuya humedad oscila entre el 65% y el 95%, el municipio de Lahiyán es uno de los emplazamientos iraníes más adecuados y el lugar donde se producen las artesanías de bambú.
En declaraciones a IRNA, un miembro de la Sociedad Internacional de Investigadores sobre el bambú se refirió a la proclamación del 18 de septiembre (29 de Shahrivar) como el Día Mundial del Bambú, subrayando: “El cultivo del bambú en nuestro país data de un siglo atrás, y el municipio de Lahiyán y las poblaciones de Layalestán y Sedaposhte fueron los orígenes de su producción y donde se confeccionan las artesanías con esa caña".
Asimismo, subrayó que el volumen comercial anual a nivel mundial de bambú se aproxima a los 60 mil millones de $, destacando el papel de Lahiyán como capital productora para la economía del país, y asegurando que con una planificación más precisa, Lahiyán sobresaldrá en el campo de las artesanías y artículos de bambú, tanto en Irán como en el resto del mundo.
El municipio de Lahiyán, que alberga una población de más de 167 mil habitantes, se encuentra a 40 km al este de Rasht, la capital de la norteña provincia iraní de Guilán.
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