En su intervención el miércoles ante la 75ª sesión del 3er Comité, Mohammad Zareian declaró que, contrariamente a las afirmaciones de EEUU, los bienes y servicios humanitarios se ven afectados por las crueles sanciones.
El texto completo de su declaración es el siguiente:
“En el nombre de Dios, el más Compasivo, el más Misericordioso
Señora presidenta:
Empiezo felicitándole por su elección y le deseo éxito en la dirección del Comité.
Los derechos humanos deben ser considerados como un patrimonio común de la humanidad, impulsado y desarrollado tras valiosas contribuciones de todas las civilizaciones y culturas.
El firme compromiso de la República Islámica de Irán con la promoción y protección de los derechos humanos está profundamente arraigado en su rica civilización y enseñanzas religiosas. Los iraníes disfrutan de los mismos derechos, independientemente de su color, raza, idioma u otras características.
A pesar de soportar más de cuatro décadas de injustas e ilícitas presiones externas, mi Gobierno no solo ha logrado importantes avances en la mejora de la situación de los derechos humanos, sino que también se ha visto comprometido por la Constitución a agotar sus capacidades a favor de garantizar la protección jurídica de todos, proteger la situación de las mujeres y los niños, y garantizar la libertad de expresión, la libertad de las minorías religiosas para practicar su religión, así como la libertad de reunión y asociación pacíficas. Todos gozan de los mismos derechos sociales, políticos, civiles y económicos.
Señora presidenta:
La insistencia de EEUU en persistir, o incluso duplicar su política de sanciones ilegales no solo es inmoral y contraria al derecho internacional, sino que también pone en peligro la vida de muchas personas que luchan contra el coronavirus en todo el mundo. Contrariamente a lo que afirma EEUU, los bienes y servicios humanitarios se ven afectados por las crueles sanciones. Las instituciones financieras temen la venganza estadounidense, por lo que los canales financieros creados para facilitar las transacciones de productos humanitarios no han tenido resultados tangibles.
Las inhumanas medidas coercitivas unilaterales han bloqueado los esfuerzos de Irán por importar medicamentos y otros suministros médicos imprescindibles para combatir la pandemia, negando así a los iraníes el derecho a la salud y a la vida. Las sanciones ilegales han asestado un duro golpe a los derechos básicos y fundamentales de mi pueblo. Y ahora, la irónica tragedia es que EEUU y sus ciegos aliados que confirman esas medidas coercitivas unilaterales sienten que pueden sermonearnos en materia de derechos humanos.
Para ellos, el asesinato selectivo por parte de EEUU del teniente general iraní, Qassem Soleimani, un defensor de la paz y un héroe en la lucha contra el terrorismo, sorprendentemente no supone una violación de los derechos humanos. Aquellos que derramaron lágrimas de cocodrilo por la situación de los derechos humanos en nuestra región son los mismos que han arrasado toda la región y la han convertido en un páramo con su masiva venta de armas.
El pueblo de Palestina se ha visto obligado, desde hace mucho tiempo, a despedirse amargamente de la consecución de sus derechos humanos fundamentales. La sistemática opresión del régimen ocupante, el flagrante desprecio del derecho internacional y las continuas violaciones de derechos se mantienen sin cesar incluso durante la actual pandemia, violando gravemente su derecho a la salud y la vida.
Para concluir, señora presidenta, cabría preguntarse por qué mi país ha sido blanco de una campaña sostenida de desinformación y propaganda. La respuesta es la resistencia y la repulsa de la nación iraní, que no se rinde a los caprichos de un matón forajido. Es cierto que la política de la rodilla sobre el cuello de EEUU ha privado a muchos del derecho a respirar, pero mi pueblo, a lo largo de la historia, ha demostrado que no cederá jamás ante ninguna presión.
Sin embargo, mi Gobierno seguirá comprometido a mantener una cooperación constructiva con los mecanismos de las Naciones Unidas de manera equilibrada y no politizada.
Mecanismos como el Examen Periódico Universal deberían fortalecerse, como una solución viable y el único medio que considera la situación de los derechos humanos en todos los Estados Miembros por igual y en pie de igualdad.
Gracias, Señora presidenta”.
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