Persia, cuya civilización, lengua y cultura se ha extendido más allá de sus fronteras, ha sido la cuna de destacados personajes que contribuyeron al avance de diversas ciencias, incluidas la medicina, las matemáticas o la astronomía, aunque quizá donde más ha despuntado esta nación es en la literatura, y especialmente la poesía.
A lo largo de los siglos, los poetas iraníes han expresado su visión y perspectiva sobre este mundo y el otro, ofreciendo a la humanidad grandes obras inmortales.
Y Omar Jayam Nishapurí pertenece a esta estirpe de prohombres, figurando en un lugar muy destacado entre los reconocidos poetas persas.
Nacido el 18 de mayo de 1048, Ghiyaz al-Din Abul-Fath Omar ibn Ibrahim Jayyam Nishapurí, más conocido simplemente por Jayyam, recibió una buena educación científica y filosófica en su ciudad natal de Nishapur antes de viajar a Samarcanda (actualmente en Uzbekistán), donde completó su Tratado sobre problemas de Álgebra, una obra que acredita su mundial reputación matemática. En ese tratado ofreció una discusión sistemática para la solución de ecuaciones cúbicas por medio de secciones cónicas que se entrecruzan.
Poco después, el sabio cambió de lugar de residencia cuando, dada su fama, el sultán selyúcida Malik-Shāh lo invitó a Isfahán para realizar las observaciones astronómicas necesarias y desarrollar la reforma del calendario.
En 1083, mediante un reloj de sol, un reloj de agua y un astrolabio, Omar Jayyam midió la duración del año solar con una precisión increíble, una medición que coincide con el valor actual hasta el sexto dígito decimal: 365.24219858156 días, aunque la diferencia podría atribuirse a la progresiva desaceleración de la rotación de la tierra, que cada día se incrementa en 2 milisegundos por siglo.
Gracias a esos cálculos, Jayyam creó un calendario más preciso que el gregoriano, llamado Yalali, en honor del sultán Seljuk Malik Shah Yalaledin. Por eso, el calendario Yalali sigue siendo actualmente el más preciso disponible: ¡Deberán transcurrir dos millones de años para que se produzca una diferencia de un solo día!
Tras la muerte del rey iraní en 1092, Jayyam partió en peregrinación a La Meca. Y posteriormente regresó a su ciudad natal de Neishapur, donde falleció el 4 de diciembre de 1131.
El magnífico talento de ese científico lo acreditan las numerosas tesis sobre mecánica, hidrostática, meteorología, teoría musical, etc.
Aparte de todo esto, Jayyam es conocido mundialmente también por sus famosos "cuartetos" (Rubáiyát), los cuales fueron traducidos por primera vez por Fitzgerald, quien describió a Jayyam como uno de los 4 mayores poetas del mundo, junto con Homero, Dante, Shakespeare y Goethe.
Los cuartetos de Jayyam, que le han dado una prominencia internacional, son una colección de poemas con una profunda esencia filosófica y una naturaleza antológica, los cuales han sido traducidos en 25 idiomas.
Contextualmente, los cuartetos del sabio iraní pueden dividirse en cinco categorías principales: 1- Los misterios del universo; 2- La irrevocabilidad de la vida, como el destino y la deslealtad del mundo; 3- Cuestiones; 4- La modalidad de la vida social, y 5- Los momentos alegres de la vida.
Un ejemplo de sus rubaiyats es el siguiente:
“Olvida que no alcanzaste la recompensa que acaso merecías.
Sé feliz. No te quejes.
No esperes nada.
Lo que ha de sucederte escrito está en el Libro
que, a su capricho, hojea el viento de la Eternidad”.
9408**1233
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