El camposanto, distinto a todos los demás y único en su género, está ubicado en la entrada del pueblo de Baghliq, al pie de una colina plagada de maderas secas dentadas que dejan anonadados a todos los que visitan el lugar.
En declaraciones a IRNA, el investigador turkmeno Avaz Dardi Sadri señaló que esas lápidas podrían corresponder a cuernos de carneros, pues según la etnia turkmena es un símbolo que se utiliza para repeler el mal.
Según Sadri, cada una de los círculos que se encuentran en las lápidas representan las décadas que vivió la persona enterrada.
Baghliq, con una población de 2.131 habitantes, se encuentra en el centro del municipio Raz y Jargalan.
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