Anteriormente, la Embajada de la República Islámica en Kiev ya había difundido tres avisos, incluso antes del estallido de la guerra, instando a los iraníes a abandonar el país.
El Ministerio también ha formado un comité de crisis dirigido por el viceministro de Exteriores para hacer un seguimiento de los acontecimientos.
A pesar de las advertencias del Ministerio, numerosos iraníes, al igual que muchos extranjeros, se negaron a abandonar el país antes del inicio de la guerra, y tras la invasión rusa se les pidió que utilizaran cualquier medio para salir o que utilizaran los refugios designados si no lograban escapar.
El Ministerio también ha señalado que se ha establecido una línea de contacto permanente para que las familias de esos iraníes estén al corriente de la situación.
El ministro Hosein Amir Abdolahian se puso en contacto con sus homólogos en Ucrania, Rusia, Hungría y Eslovaquia para tratar de garantizar la seguridad de nuestros compatriotas.
Tras las consultas pertinentes con los países vecinos de Ucrania, Rumanía, Polonia y Hungría abrieron sus fronteras a los iraníes atrapados para que pudieran resguardarse en lugares más seguros.
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