Amos Gilad calificó el mencionado ataque como un “riesgo muy peligroso” y entre las razones por las que el régimen israelí no comete ese riesgo señaló el temor de Tel Aviv a la repuesta de Teherán y sus aliados regionales como el Hezbolá libanés.
El ex director de la Dirección Política y de Seguridad del Ministerio de Guerra del régimen sionista insiste que la distancia geográfica entre la República Islámica de Irán e Israel casi ha imposibilitado la realización de las misiones de las cazas.
Asimismo, añade que de las declaraciones de las autoridades israelíes, especialmente de sus instituciones de seguridad, se entiende que sin obtener la luz verde de Washington, el régimen sionista no se permitirá enfrentar a Estados Unidos como su patrocinador número uno y aliado estratégico; Sobre todo porque Washington se opone a llevar a cabo tal operación y, a pesar de la oposición de Israel al acuerdo nuclear iraní, tiene la intención de firmar un pacto de este tipo con Teherán.
Gilad destacó el “estable” sistema y estructura de Irán, sin embargo, señaló que el disturbio político y discusiones infundadas que sufre actualmente Israel ha agotado la energía del liderazgo del régimen de ocupación.
El funcionario sionista reconoció el significativo avance de Irán en el campo de la fabricación de los misiles balísticos, concluyendo que actualmente el Líbano cuenta con 150 mil misiles, lo cual le ha dado mucho poder al país árabe.
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