Al dirigirse a la reunión del Consejo de Seguridad sobre la implementación de la Resolución 2231 (2015), Geng Shuang destacó: “El JCPOA es un importante logro de la diplomacia multilateral y un ejemplo vivo de resolver las discordias a través del diálogo y la consulta, y también es un pilar principal para el régimen de no proliferación nuclear y la paz y la estabilidad en el Oriente Medio”.
Asimismo, criticó que el retiro unilateral del Plan Integral de Acción Conjunta por parte de la anterior Administración de los Estados Unidos y la presión ejercida sobre Irán han desencadenado la crisis nuclear iraní.
Shuang insistió que el diálogo y la consulta siempre han sido la única solución a la cuestión del programa nuclear iraní, subrayando que su país da la bienvenida a la reciente postura flexible de Irán con respecto a los temas pendientes y espera que EEUU y los países europeos aprovechen esa oportunidad y cooperen con Irán para la continuación de las negociaciones.
El representante adjunto de China en las Naciones Unidas instó a Estados Unidos a cumplir con todas sus obligaciones en virtud del JCPOA, levantar todas las sanciones unilaterales contra Irán y poner fin a sus amenazas.
Y al enfatizar que presionar a la República Islámica no ayudará a resolver los problemas, concluyó que vincular las negociaciones nucleares con los acontecimientos internos de Irán solo causará el cese de esas conversaciones.
Las conversaciones dirigidas a la eliminación de las sanciones comenzaron en Viena, la capital de Austria, en abril del año pasado, meses después de que Joe Biden sustituyera a Trump.
A pesar del notable progreso, la indecisión y la procrastinación del país norteamericano provocaron múltiples interrupciones en las maratonianas conversaciones.
Cuatro días de intensas negociaciones entre representantes de la República Islámica y las cinco partes restantes del JCPOA (Alemania, Francia, el Reino Unido, Rusia, China) terminaron el 8 de agosto con un texto propuesto por la Unión Europea (UE) sobre la mesa.
Irán presentó su respuesta a la propuesta de la UE el 15 de agosto, una semana después de que concluyera la última ronda de conversaciones. Tras presentar su respuesta, Teherán instó a Washington a mostrar realismo y flexibilidad para llegar a un acuerdo.
Sin embargo, la administración de Biden tardó casi diez días en presentar su respuesta a los comentarios de Irán sobre el borrador de la UE.
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