“Hoy, estamos de luto por un grupo de mártires, incluidos comandantes, niños y mujeres, que fueron martirizados como resultado de la traicionera agresión de los sionistas”, se lee en el comunicado.
En otra parte de la declaración conjunta, el grupo palestino con sede en Nablus, en el norte de la Cisjordania ocupada ha prometido vengarse de la sangre de los mártires en Gaza: “Advertimos al régimen de ocupación que el tiempo se acaba y que las puertas del infierno se abrirán para los sionistas de Nablus”.
La agencia de noticia estatal palestina, WAFA, ha informado que el bombardeo del régimen de Israel tomó por blanco un vehículo civil en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. El régimen sionista alegó en una publicación de Twitter que el ataque aéreo se había dirigido a un escuadrón que transportaba misiles guiados antitanque en la ciudad de Jan Yunis.
La nueva ofensiva se produjo horas después de que Israel lanzara un ataque aéreo masivo en el enclave sitiado la madrugada de este martes, matando al menos a 13 personas, incluidos tres comandantes de alto rango del movimiento de la Yihad Islámica Palestina, cuatro niños y varias mujeres.
La Brigada Al-Quds anunció los comandantes identificados son Yihad Shaker al-Qanam, su secretario del Consejo Militar, Jalil Salah al-Bahtini, su miembro del Consejo Militar y comandante de la región norte, y Tariq Muhamad Ezzeddin, uno de sus líderes de la acción militar en Cisjordania.
Por su parte, La Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó el asesinato “inaceptable” de civiles en los bombardeos aéreos de Israel en la Franja de Gaza. “Condeno la muerte de civiles en los ataques aéreos israelíes. Esto es inaceptable”, ha denunciado este martes el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Asia Occidental, Tor Wennesland, a través de un comunicado.
La nueva oleada de ataques israelíes a Gaza se produce unos días después de que Jader Adnan, uno de los dirigentes de alto rango de la Yihad Islámica perdiera la vida el 2 de mayo en una cárcel israelí tras 86 días de huelga de hambre en protesta por su detención arbitraria. Su trágica muerte provocó nueva escalada de violencia entre los grupos de Resistencia y el régimen de ocupación en los territorios palestinos.
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