El Ministerio reveló que el acto sacrílego de quemar una copia del libro sagrado musulmán en Suecia tenía como objetivo desviar la atención de los crímenes atroces cometidos por el régimen israelí, particularmente en la ciudad ocupada de Yenin, en Cisjordania.
Enfatizó que el último acto de blasfemia, llevado a cabo con el apoyo de la policía sueca, tenía dimensiones más amplias en comparación con incidentes similares anteriores.
Según el comunicado, el Ministerio recopiló sistemáticamente inteligencia de fuentes relevantes vinculadas al acto ofensivo y cotejó los hallazgos iniciales con la información existente para exponer los motivos subyacentes.
De acuerdo con la información confiable obtenida por el Ministerio, Salwan Momika nació en Iraq en 1986 y se unió al Mossad en 2019. Durante su estadía en Iraq, desempeñó un papel importante espiando al movimiento de resistencia y contribuyendo a la desestabilización del país. Momika luego presentó su notoria reputación y antecedentes penales para ganar la aceptación y el favor de los sionistas. Como recompensa por su traición a la nación iraquí y a la comunidad islámica, recibió ayuda de los sionistas para obtener la ciudadanía sueca.
Después de establecerse en Suecia, Momika continuó con su papel de mercenario para el régimen de ocupación israelí, adaptando sus misiones a sus nuevas circunstancias y oportunidades.
El Ministerio de Inteligencia de Irán enfatizó además que el acto ofensivo contra el Sagrado Corán fue orquestado deliberadamente para crear “ondas mediáticas” y desviar la atención de los crímenes atroces del régimen sionista en Yenin.
“Esta es una táctica común de los sionistas, que acompañan cada masacre y acto de destrucción con otro proyecto criminal para desviar la atención de sus operaciones diabólicas”, señaló.
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