Aunque el presidente estadounidense justifica la presencia de Washington en Asia Occidental y dice que “no dejará un vacío” en la zona a favor de Rusia, Irán y China; pero ¿por qué hace estas declaraciones y qué busca realmente?
“Lo voy a decir bien claro: Estados Unidos seguirá siendo un aliado involucrado en Asia Occidental. No nos marcharemos para dejar un vacío que puedan ocupar China, Rusia o Irán”, dijó Biden este sábado en Arabia Saudí durante su comparecencia en la cumbre de seguridad del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG)+3, celebrada en Yeda (Arabia Saudí).
El viaje de cuatro días del presidente estadounidense a la región se produce en medio de una serie de profundas diferencias entre Estados Unidos y sus aliados con China, Rusia e Irán sobre el regreso de Washington a sus compromisos en virtud del acuerdo nuclear de 2015, el conflicto de Ucrania, el salto en los precios del petróleo y la energía en los mercados internacionales, el crecimiento de la tasa de inflación en EE.UU., etc.
Las declaraciones intervencionistas del mandatario estadounidense se producen en su gira polémica a los territorios ocupados palestinos y a Arabia Saudí, mientras los funcionarios de China e Irán han advertido sobre sus objetivos de injerencia.
China, en respuesta a declaraciones hechas por Biden durante su visita a Tel Aviv, aseveró que “Oriente Medio [Asia Occidental] es la tierra de su gente, no es el patio trasero de nadie. Allí no hay ningún supuesto ‘vacío’” según ratificó el portavoz de la cancillería chino, Wang Wenbin.
Entretanto, la Televisión Central de China (CCTV) denunció el viernes que la visita de Biden a Asia Occidental es poco prometedora para resolver el conflicto palestino-israelí, que simplemente servirá como un escaparate y no logrará ningún “avance práctico”.
A su vez, la cadena satelital Shenzhen TV describió el viaje de Biden como “una mendicidad por energía” en un informe sobre la necesidad del mercado energético al petróleo de Asia Occidental.