Mayid Tajt-e Ravanchi efectuó estas declaraciones durante una reunión virtual para examinar los efectos de las medidas unilaterales sobre la población de los países afectados, celebrada a petición de la República Islámica y otros 9 países.
El alto diplomático persa insistió que “las medidas coercitivas, como las sanciones, son "ilegales, inmorales e inhumanas" y violan claramente los "derechos más básicos" de los seres humanos.
En este sentido, añadió que la República Islámica ha estado sufriendo esas medidas ilegales durante años, las cuales impidieron al país realizar transacciones bancarias y comerciar libremente con los bancos e instituciones financieras internacionales.
Los países occidentales alegan que Irán ha estado "exento" de algunas de las sanciones, añadió Tait-e Ravanchi. Sin embargo, lamentó que esas supuestas exenciones de hecho estuvieran solo sobre el papel, insistiendo que los embargos afectan gravemente al derecho de los iraníes a llevar una vida sana al bloquear su acceso a los medicamentos y equipos médicos necesarios.
“Consiguientemente, las muertes han aumentado entre mujeres, niños y [otras] personas inocentes”, lamentó el diplomático, señalando que las restricciones afectaron principalmente a la clase más vulnerable.
Tajt-e Ravanchi se refirió asimismo a los pacientes a los que se les niega el derecho a la vida por las sanciones, como los que padecen varios tipos de cáncer y que deberían recibir quimioterapia, o los enfermos con epidermólisis ampollar (EB, por sus siglas en inglés)".
“Poner en peligro la salud de otros con fines políticos no solo es ilegal, sino también un crimen de guerra y un crimen de lesa humanidad que debe implicar una respuesta internacional”, insistió el enviado persa, concluyendo: "Tenemos la responsabilidad moral de hacer frente a las sanciones y pedimos su eliminación inmediata"..
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