En sus mensajes, el mandatario persa expresaba su esperanza de que con la bendición del Eid al-Adha, todos los musulmanes del mundo consigan liberarse de los deseos, sacrifiquen sus vidas y propiedades en el camino de Dios y ayuden a sus hermanos musulmanes y a los seres humanos para alcanzar la inmensa misericordia del Todopoderoso.
Rohani deseó asimismo salud y éxito a los líderes, y dignidad y prosperidad a los pueblos musulmanes.
El Eid al-Adha, también denominado “Fiesta del Sacrificio”, es la segunda festividad islámica más importante -después del Eid al-Fitr, al término del mes de ayuno de Ramadán- que el mundo musulmán celebra todos los años.
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