Solo un día después de que casi la totalidad de sus ministros propuestos recibieran el visto bueno del Parlamento, Raisi y los nuevos miembros del gabinete fueron al mausoleo del Imam Jomeini, situado en el sur de Teherán, para prometer lealtad a los ideales del Imam y los mártires de la Revolución Islámica.
A la ceremonia también asistió Hasan Jomeini, el nieto del Imam, uniéndose así al homenaje.
La ceremonia, que tradicionalmente realizan las administraciones iraníes tras ser elegidas, marca el inicio en la práctica de su trabajo.
En un discurso ante el maussoleo, Raisi destacó el papel que desempeñaba la gente en el pensamiento político del Imam Jomeini, distinto al de los políticos en general.
El presidente declaró que su ejecutivo desea que todo el espectro político y todo el pueblo iraní sientan que la administración está a su lado, cumpliendo con sus tareas y compromisos, independientemente de su pensamiento o tendencia política.
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