Tras realizar una serie de actuaciones teatrales, como fijar fechas límites artificiales e infundir una sensación de urgencia para alcanzar un acuerdo, además de presentar un paquete de excusas para culpar a Irán, los tres países europeos y EEUU han recurrido a un nuevo escenario consistente en difundir optimismo y aumentar las expectativas en la opinión pública iraní respecto al resultado esperado.
De hecho, desde el inicio de las negociaciones, ellos hicieron todo lo posible para convertir el acuerdo de Viena en una especie de demanda del Gobierno iraní, y de esta manera pretendían presionar al equipo negociador para que aceptara un mal acuerdo o un pacto provisional. Generar expectativas e inyectar un falso optimismo es la última manifestación de la propaganda lanzada por los medios y autoridades estadounidenses en medio de unas conversaciones que se producen debido a las ilegalidades del anterior gobierno estadounidense y su “deuda” con la comunidad internacional.
La periodista estadounidense Laura Rosen afirmó hace unos días que, probablemente, la próxima semana se verá el alcance del acuerdo. Rosen reiteró la fingida preocupación de Occidente por los progresos nucleares iraníes, subrayando la necesidad de alcanzar ya un acuerdo en la capital austriaca.
La semana pasada, los responsables estadounidenses, en declaraciones a los medios, volvieron a fijar una nueva fecha límite para alcanzar un acuerdo, alegando que para salvar el Plan Integral de Acción conjunta (JCPOA) solo había tiempo hasta finales de febrero. Sin embargo, la Administración estadounidense ya debería haberse dado cuenta de que fijando fechas límites solo se presiona a sí misma y cuestiona su propia credibilidad, amén de que esas tácticas no servirán para influenciar a la delegación iraní.
El gobierno de EEUU, en vez de fijar fechas límites artificiales que cambian continuamente, debería concentrarse en tomar las debidas decisiones y avanzar.
De hecho, si está realmente comprometido con alcanzar a un acuerdo, debería dejar de lado las representaciones teatrales políticas y mediáticas, dejar de tratar de satisfacer al régimen sionista, que se opone a cualquier acuerdo con Irán y básicamente a cualquier solución diplomática en la región, y rápidamente, tomar las decisiones pertinentes para alcanzar un acuerdo final.
La semana pasada, el responsable de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, ya había asegurado que “estamos llegando a las últimas etapas de las negociaciones”.
“Obviamente, no sé cuántas semanas más se prolongarán”, dijo Borrell, añadiendo: “Pero espero que sea en las próximas semanas. No puedo ofrecer más detalles porque la información es confidencial”.
Ayer viernes se reunieron de nuevo los 3 grupos de trabajo encargados de eliminar las ilegales e injustas sanciones de EEUU contra el pueblo iraní, las cuestiones nucleares y los procesos administrativos, y según el principal negociador ruso, “prosiguen los intensos esfuerzos diplomáticos”.
Al parecer, todo indica que ese "período de preparación" podría prolongarse algunas semanas más.
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