El Jerusalem Post (Jpost) informó el lunes que algunos centros judíos que operan en Rusia se encuentran en una situación similar a la de la Agencia Judía, que recibió una carta del gobierno de Moscú a principios de julio ordenando al ministerio que detuviera sus operaciones. El jueves, el poder judicial solicitó oficialmente la "disolución" de la agencia.
Uno de estos centros le dijo a Jpost en comentarios que "no hay cambios en nuestro trabajo en Rusia". Sin embargo, el periódico dijo que las organizaciones financiadas por EEUU o Israel han decidido mantener un perfil bajo y solo hacer "trabajo urgente".
Las organizaciones judías que se consideran locales, sin financiación ni influencia extranjeras, no han recibido tales misivas y pueden continuar operando, aunque muchas han optado por limitar sus labores.
El lunes, fuentes ruso-judías, explicaron que la Agencia Judía en Rusia ha estado bajo estrecha vigilancia durante muchos años.
Israel ofrece apoyo a Ucrania, que desde el 24 de febrero pasado es escenario de la operación rusa para desnazificar las fuerzas militares en suelo ucraniano; Moscú asegura que Israel respalda a los neonazis en Ucrania y ha advertido en distintas ocasiones de las secuelas de tales ayudas a Kiev.
Además, los continuos ataques perpetrados por Israel contra Siria es otra causa de las tensiones.
En este sentido, a principios de este mes, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, condenó enérgicamente las “acciones irresponsables del régimen de Israel que violan la soberanía siria y las normas básicas del derecho internacional”.
Su comentario