Durante la conversación telefónica, los jefes de la Diplomacia de ambos países discutieron las relaciones bilaterales y las formas de expandirlas.
Amir Abdolahian consideró que las antiguas relaciones Irán-Dinamarca son un gran activo para los dos países.
Por su parte, Rasmussen expresó una vez más su fuerte oposición al sacrilegio del Sagrado Corán, y condenó tales acciones.
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