En su primera entrevista tras volver a su patria, Thomas Kjems elogió la hospitalidad que se le brindó en la República Islámica de Irán.
“En Irán, me trataron como a un invitado” destacó, añadiendo: “No hubo tortura física ni ninguna otra cosa”.
Kjems fue liberado por motivos humanitarios junto con Kamran Ghaderi y Massud Mossaheb, quienes habían sido condenados por cargos de espionaje y seguridad, respectivamente.
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