Tiempo después del trágico acontecimiento y ante un inminente peligro de derrumbe, la zona fue acordonada, mientras bomberos y rescatistas buscaban sobrevivientes o cadáveres bajo las ruinas.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que acudió rápidamente al lugar de los hechos, lamentó lo sucedido, mostró su solidaridad con las víctimas y aseguró que se trató de un lamentable accidente y negó la ocurriencia de un atentado terrorista.
«No ha sido una bomba ni un atentado, es un lamentable accidente», dijo el mandatario, según divulgó la Presidencia de la República.
Según Alexis Acosta, intendente del municipio La Habana Vieja, donde se ubica el Saratoga, «se estaba habilitando una bala de gas licuado en el hotel. El cocinero siente el olor a gas, revisa las conexiones y descubre que hubo una fisura en la manguera de abastecimiento. Eso fue lo que provocó la explosión».
Desde las primeras horas, un vasto operativo sanitario y de rescate continúa para atender a los heridos tras esa explosión. El Sistema Integrado de Urgencias Médicas movilizó las ambulancias y los centros asistenciales para proteger los heridos.
El ministro de Salud, José Ángel Portal aseguró que están preparadas todas las instalaciones sanitarias de la ciudad para encarar la coyuntura.
La ciudad tras un 6 de mayo inolvidable, respiraba y sentía sobre lo ocurrido en el Saratoga, mientras poco a poco regresaba a su rutina diaria.
La explosión ocurrió alrededor de las 11:00, hora local, y su fuerza derribó las fachadas frontales y laterales de los primeros pisos del inmueble, y dañó a otros edificios adyacentes.
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