Hoy el 19 de agosto marca el aniversario del golpe de Estado estadounidense-británico de 1953 en Irán. El golpe condujo al reemplazo del gabinete legítimamente elegido encabezado por el primer ministro Mohamed Mosadeq por un gobierno dirigido por el protegido de la inteligencia occidental Fazlolá Zahedi. Este evento demostró que Occidente, junto con el militarismo abierto, siempre ha realizado esfuerzos a lo largo de la historia en el campo de los procesos políticos internos de los países, como elecciones o cambios en el gobierno o el sistema político.
En Irán, esta hostilidad aún no se olvida, ya que las autoridades británicas y estadounidenses han reconocido repetidamente este hecho. Un ejemplo de esto es el libro “The English Job” del exsecretario de Asuntos Exteriores británico Jack Straw. En el libro, el autor responde a la pregunta “¿por qué Irán no confía en nosotros?”. “Fue el Reino Unido, junto con Estados Unidos, el que provocó la caída del gobierno de Mohamad Mosadeq. El golpe contra Mosadeq ocurrió en 1953, pero su herida aún está fresca para los iraníes, como si sucedió ayer”, escribió.
El político británico también mencionó el apoyo del Occidente a Iraq durante la guerra impuesta, que se convirtió en la base de la desconfianza de Irán hacia Estados Unidos y el Reino Unido. “Mientras que nosotros en Inglaterra todavía nos definimos por lo que sucedió unos 80 años antes de la Segunda Guerra Mundial, los iraníes contemporáneos se definen por la experiencia sangrienta de la guerra de 8 años con Irak, que pelearon solos”.
En general, a nadie se le oculta el esfuerzo histórico de Estados Unidos por cambiar gobiernos y regímenes que no son tan compatibles con Washington en otros países. Junto con la preparación y organización del golpe de estado del 19 de agosto en Irán, este proyecto fue implementado repetidamente en diferentes partes del mundo.
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