El 12 de marzo, Arabia Saudí ejecutó a 81 personas, incluidos 41 chiíes. Las autoridades saudíes ejecutan cada año a un gran número de sus opositores con el pretexto de luchar contra el terrorismo. En 2016, también en Arabia Saudí se ejecutó un destacado sacerdote chií de la oposición, el jeque Nemer Baqer al-Nemer, acusado de criticar a Al Saud.
En este sentido, el arzobispo Mar Narsai Benjamin condenó el asesinato de personas inocentes en todo el mundo. “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se estableció para llevar la paz a todas las naciones, pero no puede cumplir con su deber y misión adecuadamente”, dijo en una conversación con el corresponsal de IRNA.
“El Consejo de Seguridad no puede decidir decisivamente sobre la base de la justicia y la humanidad, pero sus miembros deciden sobre la base de los intereses nacionales de su país, no de los intereses de todos los países”, añadió.
Señaló que los países que reivindican los derechos humanos emprenden cualquier tipo de guerra y derramamiento de sangre para lograr sus intereses, y añadió que solo buscan velar por los intereses de su propio país.
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