“Los pacientes con diabetes o EB o personas con diversos grados de quemaduras necesitan una piel fresca constantemente. En el pasado, los médicos solían quitar la piel de los pies de los pacientes para tratarlos, lo que causaba infecciones y debilitaba el sistema inmunológico, pero con la creación y producción de la piel artificial, no hay necesidad de quitar la piel de los pies de los pacientes”, dijo un miembro de cátedra de la Universidad Islámica Azad de Sarvestan, en la provincia iraní de Fars, Alireza Rafati, en una conversación con IRNA.
“La piel artificial se importaba con fines médicos, lo que no solo provocó la salida de divisas, sino que también generó muchos problemas a los pacientes debido a las sanciones”, añadió.
La adquisición de cada centímetro cuadrado de piel artificial de empresas manufactureras extranjeras cuesta alrededor de 560.000 tomanes para pacientes con quemaduras, EB y diabéticos, dijo y añadió que ahora, los investigadores iraníes han podido reducir este costo a 98.000 tomanes mediante la producción de piel artificial.
La diferencia entre este producto y otros productos extranjeros similares está en su sustancia antimicrobiana, que no está presente en las muestras extranjeras, añadió.
Ante las sanciones de Estados Unidos, muchos bancos y empresas, incluidas compañías farmacéuticas y médicas de todo el mundo, se vieron obligadas a restringir exageradamente el comercio con Irán. Asimismo, se negaron a comercializar con mercancías que ni siquiera estaban sujetas a las sanciones, o a realizar determinadas operaciones con países que se han visto sometidos a esas sanciones unilaterales.
Por ese motivo, a pesar de que se indicó que los artículos médicos y humanitarios no estarían sujetos a las sanciones, Irán no pudo importar los vendajes solicitados a la empresa sueca.
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